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> Berria: Abortua > EL CARDENAL ANTONIO CAÑIZARES CONSIDERA EL ABORTO MAS GRAVE QUE EL GENOCIDIO O LA ESCLAVITUD

  • El cardenal Cañizares considera el aborto más grave que el genocidio o la esclavitud
  • El purpurado sostiene que el hombre es la "víctima" del cambio climático por el "ecocentrismo"
  • Levante, 2010-01-27 # Paco Cerdà . Valencia
Respecto al cambio climático hay dos grandes vías: los ecologistas que piden mayor conciencia ambiental y los negacionistas que rebajan las alarmas. Ayer se abrió una tercera vía. El cardenal Antonio Cañizares sostuvo en Valencia que, aunque son evidentes las consecuencias de la destrucción planetaria, "es la persona humana la víctima de la crisis ecológica". Es decir: que a pesar de esa "falta de respeto" hacia el medio ambiente por el "egoísmo" de unos hombres convertidos en "explotadores" con vocación de "dominio absoluto" sobre el planeta, "la naturaleza no se puede considerar más importante que la persona humana". Porque, en opinión del purpurado, Occidente está cayendo en un "ecocentrismo" y un "biocentrismo" que absolutizan la naturaleza y minimizan al hombre. Y la expresión más extrema contra la "ecología humana", según Cañizares, es el aborto.

Porque a eso acudió ayer a Valencia el príncipe de la Iglesia nacido en Utiel: a pontificar contra el aborto. En una conferencia pronunciada en la sede de la Gran Asociación de Beneficencia Domiciliaria de Nuestra Señora de los Desamparados, Antonio Cañizares afirmó que el aborto es "el problema fundamental de la sociedad" y "lo más grave que ha sucedido en la historia de la humanidad". Y aunque no lo comparó directamente, el purpurado sí que dejó en un segundo plano a "la esclavitud, el genocidio o el deterioro ambiental" en comparación con el aborto. "No exagero, no exagero", precisó Cañizares por si alguien lo creía una afirmación irreflexiva o fruto de la improvisación.

El cardenal enmarcó esta degradación del hombre en "la Gran Revolución Cultural" que vive Occidente y que está marcada por "una visión del mundo sin Dios". Esta cosmovisión, acompañada del "cientifismo y el relativismo ético", es la causa última de la "destrucción del hombre, la naturaleza y la sociedad" a la que asistimos, en opinión del purpurado.

Pese a este discurso de tintes apocalípticos, Cañizares todavía atisbó un resquicio para el optimismo. "No pasarán muchos años antes de que la sociedad se avergüence" del aborto y lo prohíba, vaticinó. Porque se trata de "la violación del derecho más fundamental y sacrosanto" y supone "la quiebra más grande de la ecología humana y la ambiental". O lo que es lo mismo: el aborto representa la arista más peligrosa del deterioro medioambiental.

Y ahí fijó su posición climática: "La Iglesia tiene un responsabilidad en defender la tierra, el agua y el aire como obra del Creador. Pero, sobre todo, debe defender al hombre" y "protegerlo del peligro de destrucción de sí mismo". Es decir, del derecho a abortar.

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